INSTITUTO DE INVESTIGACIONES FILOSÓFICAS Colección: F i l o s o f í a C o n t e m p o r á n e a Director: D r . L e ó n O l i v é Secretaria: M t r a . S a l m a S a \ b JAMES W. CORN MAN - KEITH LEHRER GEORGE S. PAPPAS INTRODUCCION A LOS PROBLEMAS Y ARGUMENTOS FILOSÓFICOS Traducción de G a b r i e l a C a s t i l l o E s p e j e l , E l i z a b e t h C o r r a l P e ñ a y C l a u d ia M a r t ín e z U r r e a UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO MÉXICO 1990 Titulo original: Philosophical Problems and Arguments: An Introduction, T hird Edition, Macmillan Publishing C o., 1982. Copyright © 1982, Macmillan Publishing Co., Inc. Copyright © 1987, H ackett Publishing Co., Inc. All rights reserved. No part o f this book may be reproduced or transmitted in any form o r by any m eans, electronic or mechanical, including photocopying, recording, or any inform ation storage and retrieval system, without permission in writing form from the Publisher. P rim era edición en español: 1990 DR © 1990, Universidad Nacional Autónom a de México IN S T IT U T O DE IN V ESTIG AC IO N ES FILO SÓ FICA S Circuito Mario de la Cueva Ciudad de la Investigación en H um anidades C oyoacán, 0 4 5 1 0 México, D. F. Im preso y hecho en México ISBN 9 6 8 - 3 6 - 1 6 9 7 - 6 A Betty y Adrienne PREFACIO A LA TERCERA EDICIÓN Para esta edición se introdujeron diversas modificaciones con el fin de lograr que el libro no dejara de estar actualizado y con el fin de subsanar unas cuantas deficiencias. En cada uno de los capítulos se llevaron a cabo algunos cambios menores en el es tilo, por lo general con el propósito de simplificar argumentos y descripciones de diferentes puntos de vista. En los Capítulos 3 y 4 se introdujeron cuadros, también con el propósito de simpli ficar y conseguir mayor claridad. Respecto a cuestiones que no atañen al estilo, los Capítulos 1, 5 y 6 se alteraron ligeramente. En el Capítulo 1 se hicieron unas cuantas adiciones para la dis cusión de las formas de argumento y de inferencia inductiva. En el Capítulo 5 se discutieron con mayor amplitud los argumen tos del misticismo y de la contingencia en favor de la existencia de Dios. También en ese capítulo se hizo más extensa la expo sición de la afirmación de Kant respecto a que “existe” no es un predicado real. En el Capítulo 6 se puso mayor atención al método usado para evaluar críticamente las teorías éticas norma tivas. Además, se presenta un nuevo argumento en favor del re lativismo ético y se relaciona directamente con el método recién mencionado. De igual manera, en este capítulo se ha ampliado y aclarado la explicación de Hume y el problema del ser-deber. En los capítulos restantes se hicieron cambios más sustanciales. El Capítulo 2 se redujo considerablemente, sobre todo por la eli minación del material sobre la teoría causal de la creencia percep tual así como el concerniente al fenomenalismo. Al oponente del escepticismo ya no se le considera un dogmático, sino más bien, para acuñar una nueva palabra, un epistemista. La conclusión del Capítulo 2 también difiere de sus predecesoras inmediatas en que la posición del escéptico es finalmente rechazada en favor de la del epistemista. El Capítulo 3 contiene nuevo material sobre la polémica entre el libertario y el determinista, además de que se aumentó considerablemente el número de páginas que este capítulo tenía originalmente. También aparece en él un nuevo argumento compatibilista que, se afirma, basta para establecer esa posición. En el Capítulo 4 los cambios ligeros en las defini ciones de términos técnicos requirieron cambios compensatorios a lo largo de sus páginas. También se le dio más espacio a las dife rencias relativas entre las posiciones del materialismo reductivo y el eliminador. Finalmente, la teoría de la identidad neutral se describió y se defendió con iruiyor amplitud. Deseamos agradecer a George Schumm sus valiosas sugeren cias respecto de cierto número de temas discutidos en el libro. En especial, estamos en deuda con los comentarios críticos de Benja mín Armstrong y de Robert Audi, y más en deuda aún con Audi por sus útiles observaciones críticas al penúltimo borrador. K. L. G. S. P. 8 PREFACIO A LA TERCERA EDICIÓN PREFACIO A LA PRIMERA EDICIÓN Joseph Conrad dijo que su objetivo al escribir era “antes que nada hacer ver”. El nuestro es, ante todo, hacer pensar. Quere mos hacerle a usted pensar sobre los problemas que los filósofos han discutido. Esperamos también que esta introducción a la fi losofía lo prepare para pensar acerca de otros problemas. Para alcanzar nuestro objetivo, nos centramos en cinco problemas fi losóficos básicos, procurando presentar y examinar cuidadosa y cabalmente las razones más plausibles a favor y en contra de las soluciones que los filósofos han propuesto para estos problemas. Cada problema se discute en capítulos separados y virtualmen te independientes. Sin embargo, cada discusión depende del ma terial del primer capítulo, donde se discute la naturaleza del ra zonamiento y la argumentación y donde se explican algunos tér minos filosóficos básicos. Así pues, el primer capítulo es esencial para una comprensión cabal de los capítulos subsecuentes, y debe leerse antes o al mismo tiempo que los otros. En la conclusión de cada capítulo presentamos una solución al problema sometido a discusión. Pero a causa de la naturaleza misma de los problemas, y como éste es un libro introductorio, ninguna de estas soluciones debe considerarse como definitiva. Se trata, a nuestro parecer, de las conclusiones más razonables a que se puede llegar sobre la base del material presentado. Pero, al igual que todos aquellos que se han encargado de hacer un es tudio sobre estos tópicos, ni presentamos ni examinamos todo el material para solucionar estos problemas de una vez por todas. Para hacer hincapié en que debe usted pensar en estas solucio nes más que aceptarlas, algunos de los ejercicios al final de cada 1 0 PREFACIO A LA PRIMERA EDICIÓN capítulo plantean preguntas acerca de las cuestiones que se toca ron. Otros están pensados para servir como repaso y así poner a prueba su comprensión del material. Para aquellos cuyo interés se haya visto estimulado y quieran leer más sobre los diversos te mas, proporcionamos una bibliografía anotada al final del texto. Los esfuerzos conjuntos producen con frecuencia resultados que caen en la componenda. Para evitar las inconveniencias de tales resultados, cada uno de nosotros ha asumido la responsabi lidad total de tres capítulos, el señor Lehrer de los tres primeros y el señor Cornman de los tres últimos. Los lectores advertirán diferencias de estilo, pero esperamos que también puedan encon trar un importante rasgo común: el intento de evaluar el objeto de estudio en forma desapasionada, justa y cuidadosa. Si bien hemos delimitado nuestras respectivas responsabilida des, compartimos el deseo de agradecer a muchas personas que han leído, criticado y hecho contribuciones a este libro. Dos de ellas, con quienes estamos especialmente agradecidos, son Lewis W. Beck y John D. Moore, que leyeron cuidadosamente todo el libro haciéndole valiosas críticas. También queremos hacer men ción de aquellos que nos ayudaron de diferentes maneras. Ellos son: Jean Hopson, Coretta Kopelman, Joel Levinson, Natalie Tarbet y Peter van Inwagen. J . W. C. K. L. I EL CONTENIDO Y LOS MÉTODOS DE LA FILOSOFÍA ¿Qué e s LA FILO SO FÍA ? Cuando se trata de asuntos académicos, ya sea en las ciencias o en las humanidades, suele ocurrir que la manera más satisfacto ria de descubrir sobre qué versa la materia sea enfrascarse en el estudio de las cuestiones y problemas característicos del campo. Con frecuencia, las descripciones generales de un campo son o bien tan abstractas que no logran dar información, o tan idio sincrásicas que malinforman. Sin embargo, vale la pena intentar una caracterización de la filosofía, aun cuando sólo sea de tipo histórico, para proporcionar al lector una mejor comprensión de la naturaleza de la investigación filosófica. Una de las principales razones para hacerlo así es explicar la función predominante que tienen la discusión y la argumentación en el estudio de los pro blemas filosóficos. Para tal fin, sin que pretendamos ofrecer una definición precisa, presentaremos alguna información sobre la fi losofía en tanto disciplina con el fin de proporcionar una orien tación general respecto al campo que aquí estudiaremos. Empezaremos con algunas palabras acerca del desarrollo his tórico de la filosofía como campo de estudio. Hasta hace poco tiempo, todas las disciplinas científicas eran consideradas parte de la filosofía. L a filosofía de la materia abarcaba lo que ahora co nocemos como física y química; la filosofía de la mente comprendía los temas de la psicología y de áreas adyacentes. E r resumen, en otros tiempos la filosofía estaba configurada tan ampliamente que cubría cualquier campo de la investigación teórica. Habría sido una rama de la filosofía cualqv ier disciplina en la que hu biera podido proponerse alguna teoría para explicar su conte nido. Sin embargo, una vez que el campo de estudio alcanzaba 12 CONTENIDO Y METODOS DE LA FILOSOFÍA el punto en que predominara alguna teoría a partir de la cual se desarrollaran los métodos estándar de crítica y confirmación, en tonces dicho campo se separaba del campo madre de la filosofía y se volvía independiente. Por ejemplo, en otros tiempos los filósofos presentaron una va riedad de teorías para explicar la naturaleza de la materia. Uno sugirió que todo estaba hecho de agua; otro, algo más apegado a las concepciones actuales, propuso que la materia estaba com puesta de diminutos átomos homogéneos e indivisibles. Una vez que ciertas teorías de la materia, al igual que los métodos ex perimentales para probar dichas teorías, llegaron a establecerse sólidamente en la comunidad de estudiosos, la filosofía de la ma teria se convirtió en las ciencias de la física y la química. Otro ejemplo de un problema filosófico que se ha convertido en uno científico es el de la naturaleza de la vida. En una época se con jeturaba que la vida era una entidad espiritual que entraba en el cuerpo en el momento de nacer y salía de él en el momento de morir, y en otra se consideraba que era una fuerza vital especial que activaba el cuerpo. En la actualidad, la naturaleza de la vida se explica en términos de bioquímica. Así, es una peculiaridad de la filosofía el que una vez que los argumentos y discusiones nos conducen a alguna teoría acompa ñada de la metodología adecuada para enfrentar con éxito algún tema de la filosofía, la teoría y la metodología se separan de la filo sofía y se consideran parte de otra disciplina. Algunas disciplinas están actualmente en transición. Un ejemplo de ello es el campo de la lingüística y, de manera más particular, la semántica den tro de este campo. Los filósofos han articulado una variedad de teorías para explicar cómo las palabras pueden tener significados y qué constituye el significado de las palabras. Las explicaciones se dieron en términos de imágenes, ideas y otros fenómenos fi losóficos. Por lo general, los filósofos y los lingüistas explican el significado en términos de la función de las palabras en el dis curso y de las características semánticas subyacentes, las cuales desempeñan en la semántica un papel similar al que desempeñan las características de las partículas atómicas en la física. En este campo no hay una distinción marcada entre un filósofo y un lin güista. Ambos aplican métodos recientemente desarrollados de análisis gramatical y semántico para articular leyes y teorías que expliquen la estructura y el contenido del lenguaje. Es típico de ¿QUÉ ES LA FILOSOFÍA? 1 3 un campo en transición que se cuestione si un investigador es un filósofo o un científico. En filosofía, el desarrollo exitoso de un área lleva a menudo a la independencia y autonomía de la parte desarrollada. Es por ello que probablemente cualquier especifi cación de la filosofía en términos de su materia de estudio sea hoy una controversia y mañana algo pasado de moda. Sin embargo, las consideraciones anteriores explican un rasgo relativamente constante de la filosofía, a saber, el estado inestable de la disciplina. Las cuestiones estudiadas en filosofía se encaran mediante métodos dialécticos de argumentación y contraargu mentación. Y en ocasiones el estudiante puede sentir que nada ha quedado establecido tras una larga y difícil investigación. Esta im presión se debe en parte al hecho de que, en un momento deter minado, la filosofía puede estar tratando con esos problemas inte lectuales que aún no han sido articulados de un modo tal que cua lesquiera teoría y metodología solas puedan encargarse de su so lución. Cuando el intelecto humano se debate en algún problema intelectual complejo y no hay un enfoque experimental estándar y establecido, se puede esperar que el problema se encuentre dentro del campo de la filosofía. Una vez que la investigación intelectual conduce a la articulación de una teoría estándar junto con un método de investigación experimental aceptado, enton ces, con toda seguridad, el problema ya no será considerado como parte de la filosofía. Por el contrario, dicho problema se atribuirá a alguna disciplina independiente. Así, la filosofía pierde algunos de sus temas de estudio a causa de su propio éxito. Sin embargo, la caracterización anterior no debería hacer pen sar que todos los problemas filosóficos son potencialmente expor tables mediante un procesamiento exitoso. Algunos problemas y cuestiones se resisten a tal exportación en virtud de su carácter general y fundamental. Por ejemplo, en todos los campos de in vestigación la gente busca el conocimiento. Pero es en la filosofía donde uno se pregunta qué es el conocimiento y si en realidad existe tal cosa. Semejantes preguntas pertenecen a esa rama de la filosofía denominada epistemología. En algunos campos, por ejem plo en economía y en política, las personas estudian las conse cuencias causales de diversas acciones y políticas. En filosofía uno se pregunta qué rasgos generales hacen que las acciones y las políticas sean correctas o incorrectas. Preguntas de este tipo per tenecen a la ética. Para poner otro ejemplo, los críticos, la gente 1 4 CONTENIDO Y MÉTODOS DE LA FILOSOFÍA del campo literario, los compositores y los artistas se preguntan si algún objeto es una obra de arte. Los filósofos se ocupan de la pregunta más general respecto de qué hace que algo sea una obra de arte. Estos son problemas de la estética. Otras preguntas sobre el carácter de la libertad, de la mente y de Dios parecen ser objeto de estudio perenne de la filosofía porque todas son pre guntas muy básicas y generales. Por otra parte, el tratamiento exitoso de un problema den tro de un campo puede generar muchos problemas nuevos. Por ejemplo, una explicación de los fenómenos físicos en términos de leyes y teorías hace surgir la pregunta de si el movimiento de los cuerpos humanos, que forman parte del universo físico, tiene lugar de una manera puramente mecánica que nos engaña en nuestra impresión de que somos agentes libres que determina mos nuestro propio destino por deliberación y decisión. De ma nera similar, el éxito de la neurofisiología para explicar nuestra conducta hace surgir la pregunta de si los pensamientos y senti mientos son algo más que procesos físicos. No contamos con los medios para contestar estas preguntas recurriendo directamente a experimentos o a una teoría firmemente establecida. Por el con trario, tenemos que apoyarnos en los métodos de la investigación filosófica —el examen cuidadoso de los argumentos ofrecidos en defensa de posiciones divergentes y el análisis de los términos im portantes que están ahí contenidos. En filosofía no es necesario tener miedo a la escasez. El objeto de estudio de la filosofía está limitado sólo por la capacidad de la mente humana para hacer nuevas preguntas y para reformu- lar de manera nueva las viejas preguntas. Proceder de este modo provee de contenido adicional al único campo que acoge a to dos esos huérfanos intelectuales que otras disciplinas rechazan a causa de sus formas difíciles y no reglamentadas. La filosofía es el hogar de esos problemas intelectuales a los que otros no pue den hacer frente. En consecuencia, la filosofía está henchida de la excitación intelectual de la controversia y la discusión que se encuentran en las fronteras de la investigación racional. Cinco problemas filosóficos Después de una introducción a la metodología de la argumen tación, nos ocuparemos del examen de cinco problemas filosófi- ¿QUÉ ES LA FILOSOFÍA? 1 5 eos. Estos problemas han sido la preocupación de los filósofos del pasado y están en el corazón de la controversia filosófica actual. Así, los Capítulos 2 a 6 proporcionarán ejemplos paradigmáticos de problemas y argumentos filosóficos. Un estudio cuidadoso de estos capítulos lo recompensará a usted con una clara concepción de la investigación filosófica actual. El primer problema que enfrentaremos es el del conocimiento y el escepticismo. Básicamente consideraremos si se justifican las afirmaciones de conocimiento que, en general, la mayor parte de las personas da por sentadas. Por ejemplo, la mayor parte de las personas supone que sus sentidos constituyen una fuente de co nocimiento; que al ver, tocar, etc., llega a conocer la existencia de cierto número de objetos familiares. Pero algunos filósofos han dudado de que nuestros sentidos puedan ser la fuente de tal in formación, y han defendido convincentemente la conclusión de (jue no tenemos ningún conocimiento de tales cuestiones. Así, el problema inicial que enfrentaremos es el de investigar los méritos del escepticismo. Resulta apropiado y útil empezar nuestro estudio de la filo sofía considerando el problema del conocimiento, porque este tema está entrelazado con otros. Nos estaremos constantemente preguntando si alguna creencia tiene justificación, sin importar con qué problemas nos enfrentemos y, al considerar el problema del conocimiento y el escepticismo, lograremos un mejor enten dimiento de cómo una creencia puede estar justificada, o mostra remos que no lo está. En segundo lugar, consideraremos el problema de la libertad y el determinismo. Por lo común suponemos, al menos algunas veces, que actuamos libremente. Esto lleva a la creencia de que leñemos alternativas genuinas entre las que podemos elegir, y a pesar de lo que de hecho escojamos hacer, podríamos de igual manera haber elegido y actuado de forma totalmente diferente. Sin embargo, también suponemos que hay causas para todo lo que sucede, incluyendo nuestras propias elecciones y acciones. I,a dificultad radica en que esta creencia en la causalidad univer sal parece del todo incompatible con la creencia de que actuamos libremente, porque la primera creencia tiene como consecuen cia que todas nuestras acciones sean resultados inevitables de los procesos causales. El problema consiste en determinar si está más justificado tener una u otra de estas creencias. 1 6 CONTENIDO Y MÉTODOS DE LA FILOSOFÍA El tercer problema está estrechamente relacionado con el se gundo. Es el problema de lo mental y de lo físico. Las personas son distintas de las cosas inanimadas porque tienen pensamien tos, sensaciones y emociones que son fenómenos mentales carac terísticos. Es razonable preguntarse exactamente de qué manera están relacionados estos estados mentales con ciertos procesos físicos que ocurren dentro de nuestros cuerpos; por ejemplo, los procesos neurales que tienen lugar en el cerebro. Algunos sostie nen que hay cierta conexión causal entre nuestros pensamientos y lo que pasa dentro de nuestras cabezas. Pero los filósofos han presentado argumentos en favor de lo contrario, y en consecuen cia han defendido una teoría alternativa sobre la relación entre lo mental y lo físico. Por ejemplo, algunos filósofos han sostenido la tesis de que los pensamientos son simplemente estados cerebra les, y por lo tanto que lo mental es idéntico a algún aspecto o a alguna parte de lo físico, en lugar de estar causalmente conectado con él. El problema es decidir cuál de estas teorías rivales es la que se justifica. Posteriormente discutiremos el problema de justificar la creen cia en la existencia de Dios. Este problema requiere poca des cripción. La mayor parte de la gente, ya se trate de teístas, ateos o agnósticos, en un momento dado debe de preguntarse si hay alguna forma de justificar la creencia en la existencia de un ser supremo. Estudiaremos en detalle los argumentos importantes que los filósofos y los teólogos han ofrecido. Para finalizar, nos introduciremos en el campo de la ética, y aquí nos ocuparemos del problema de cómo una persona puede justificar sus juicios éticos relativos a lo que es bueno y lo que es malo. Intentaremos encontrar alguna regla o norma moral en términos de lo que podemos juzgar razonablemente que son los méritos éticos de varias líneas de acción. La investigación partirá de una consideración de los argumentos que se han ofrecido ya sea a favor ya sea en contra de diversas normas éticas diferentes y rivales que los filósofos u otras personas han propuesto. Los M ÉTODOS DE LA FILO SO FÍA Antes de discutir los problemas que acabamos de esbozar es ne cesario considerar los métodos y técnicas de la filosofía. A veces se dice que la filosofía es una disciplina dialéctica. Esto significa LA LÓGICA 1 7 que la filosofía procede por medio de un mecanismo de argumen tación y contraargumentación. Por supuesto, todas las disciplinas dependen en alguna medida de la argumentación, pero en la filo sofía el razonamiento lógico desempeña un papel especialmente predominante. La explicación de esto es que la filosofía trata de responder a preguntas tan fundamentales que es difícil encon trar algunos hechos empíricos específicos que resuelvan los pro blemas. Cuando dos personas no están de acuerdo sobre algún tema filosófico, el único camino de progreso abierto a ellas es considerar y evaluar los argumentos y las objeciones de ambas partes. Por lo tanto, la investigación filosófica debe ser crítica y lógica si ha de resultar de algún provecho. Para facilitar tal inves tigación debemos aprender a formular preguntas críticas sobre los argumentos con los que nos topamos y a examinar las res puestas con perspicacia lógica. Éstas son cuestiones de lógica y de semántica. Presentaremos una breve introducción a la lógica y a la semántica con el fin de acercarnos a los restantes problemas de la filosofía con esas habilidades lógicas que son el requisito de la investigación inteligente y rigurosa. L a l ó g i c a Se conoce como lógica, o lógica formal, al campo cuyo objeto es la argumentación. La primera pregunta que ha de contestarse en este campo es: ¿qué es un argumento? Para nuestros propósitos, un argumento es un grupo de enunciados de los que se afirma que uno de ellos, la conclusión, se sigue de los demás. Consideremos por ejemplo el siguiente argumento: todo es causado y, siendo así, nadie actúa libremente. Este argumento, cuyos méritos serán evaluados en el Capítulo 3, debe enunciarse de manera más for mal como sigue: 1. Si todo es causado, entonces nadie actúa libremente. 2. Iodo es causado. Por lo tanto 3. Nadie actúa libremente. I ,a frase ‘por lo tanto’ que precede al enunciado (3) indica que lo que viene después de ella es la conclusión de la que se afirma que se sigue de los enunciados anteriores. Los enunciados (1) y 1 8 CONTENIDO Y MÉTODOS DE LA FILOSOFÍA (2) son las rawnes dadas para concluir (3), y tales enunciados se llaman premisas. Así, cada argumento consta de una conclusión y de una o más premisas de las que se afirma que se sigue la con clusión. Solidez y validez Por lo general, hay dos clases de argumentos: inductivos y deduc tivos. Más adelante consideraremos los argumentos inductivos, pero primero nos concentraremos en los argumentos deductivos, de los cuales acabamos de presentar un ejemplo. Se dice que un argumento deductivo es sólido cuando sus premisas son verdade ras y el argumento es válido. Decir que un argumento es válido equivale a decir que es lógicamente imposible que sus premisas sean verdaderas y la conclusión falsa. Una manera menos precisa pero intuitivamente clara de plantear esto consiste en decir que, en un argumento válido, si las premisas son verdaderas, entonces la conclusión debe ser verdadera. A partir de esta definición es fácil ver que el argumento precedente es válido y, si sus premisas son verdaderas, entonces también debe ser sólido. Si las premisas 1. Si todo es causado, entonces nadie actúa libremente, y 2. Todo es causado, son verdaderas, entonces también debe ser verdadero que 3. Nadie actúa libremente. Por simple lógica es imposible que las premisas (1) y (2) sean verdaderas y la conclusión (3) falsa. Es importante señalar que el hecho de que este argumento sea válido no prueba que la con clusión sea verdadera. La validez es una característica hipotética o condicional; nos asegura que la conclusión del argumento es verdadera si las premisas lo son. Puede decirse también que el argumento es válido en virtud de su form a. Podemos representar la forma del argumento anterior mediante el siguiente esquema: LA LÓGICA 1 9 Si P , entonces (¿ P Por lo tanto Q- Esta forma de argumentación se llama Modus ponens. Todo ar gumento de esta forma es válido, y así podemos decir que la forma del argumento por sí misma es válida. Consideremos el argumento siguiente: Si Dios ha muerto, entonces todo está permitido. Dios ha muerto. Por lo tanto Todo está permitido. Este argumento, como el precedente, es válido porque tiene la forma del Modus ponens. Podemos obtener estos argumentos a partir del Modus ponens sustituyendo las oraciones apropiadas del español por las letras P y Q en la forma del argumento. Si sus tituimos la oración “Dios ha muerto” por la letra P y la oración “ Iodo está permitido” por la letra (¿ en la forma del argumento, obtendremos el argumento válido que acabamos de citar. Siem pre que una forma de argumentación sea válida, obtendremos un argumento válido si lo sustituimos de esta manera. Las siguientes son otras formas de argumentación válidas: Modus tollens Silogismo disyuntivo Si P, entonces (¿ O P o Q No Q No P Por lo tanto Por lo tanto No P Q Silogismo hipotético Contraposición Si P, entonces Q Si P, entonces Q Si entonces R Por lo tanto Por lo tanto Si no (3, entonces no P Si P, entonces R Esta lista de formas de argumentación no es completa ni defi nitiva. Sin embargo, al considerar varios argumentos de estas for mas podemos tener una idea intuitiva de cómo es un argumento válido. Puede mostrarse que muchos argumentos son válidos ha ciendo las asociaciones apropiadas con las formas de argumen- 2 0 CONTENIDO Y MÉTODOS DE LA FILOSOFÍA ración anteriores. En algunos casos tendremos que recurrir a más de una forma de argumento para mostrar que un argumento es válido. Por ejemplo, consideremos el siguiente argumento: Si Dios no existe, entonces todo está permitido. Si el asesinato no está permitido, entonces no todo está per mitido. El asesinato no está permitido. Por lo tanto No es el caso que Dios no exista. Para mostrar que este argumento es válido, observemos primero que de Si el asesinato no está permitido, entonces no todo está per mitido, y El asesinato no está permitido, podemos concluir por Modus ponens que No todo está permitido. Podemos ahora tener este enunciado, que es la conclusión del argumento anterior, y usarlo como una premisa en otro argu mento. De la premisa Si Dios no existe, entonces todo está permitido, y la nueva premisa No todo está permitido, Podemos concluir por Modus tollens que No es el caso que Dios no exista. Esto muestra que de las premisas originales podríamos deducir válidamente la conclusión de ese argumento recurriendo a las formas de argumentación antes enlistadas. Una lección que debe aprenderse del argumento que acabamos de considerar es que cualquier cosa deducida válidamente a partir de un conjunto de premisas, tal como el enunciado No todo está permitido, LA LÓGICA 21 puede añadirse a las premisas originales con el propósito de hacer otras deducciones. E j e r c i c i o s P u ed e m o strarse q u e los siguientes arg u m en to s son válidos re cu rrie n d o a las form as d e arg u m en tación enlistadas p reviam en te. D ecida q u é fo r m a d e arg u m en tació n tiene cad a u n o d e los siguientes arg u m en to s: 1. Si el p en sam ien to n ecesita d el c e re b ro , en ton ces el p ensam ien to siem p re o c u rre en la cabeza. Si el p en sam ien to siem p re o c u rre en la cabeza, en ton ces ningún espíritu sin cu erp o piensa alguna vez. Por lo tanto Si el p en sam ien to necesita del cereb ro , en ton ces n in gú n espíritu sin cu e rp o piensa algu n a vez. 2. Si las razones son las causas d e las acciones, en ton ces todas las acciones racion ales son causadas. Por lo tanto Si n o todas las acciones racionales son causadas, en ton ces n o es el caso q u e las razones sean la causa d e las acciones. 3. O se evitan las g u erras o sufre el inocente. N o se evitan las g u erras. Por lo tanto Sufre el in ocente. 4. Si todas las p erson as p u ed en estar equivocadas en lo q u e cre e n , en ton ces todas las p erson as ca re ce n d e con ocim ien to. Todas las p erson as p u ed en estar equivocadas en lo q u e creen . Por lo tanto Todas las p erson as c arecen d e con ocim ien to. M uestre que cada u n o d e los arg u m en to s siguientes es válido re c u rrie n d o a las form as d e arg u m en tación válidas: 1. O se evitan las g u erras o sufre el in ocente. Si se evitan las g u erras, en ton ces tod a la g en te am a la paz. N o toda la g en te am a la paz. Por lo tanto Sufre el inocente. 2 2 CONTENIDO Y MÉTODOS DE LA FILOSOFÍA 2. Si ningun a acción es libre, en ton ces n ad ie es resp on sab le d e sus acciones. Si n ad ie es responsable d e sus acciones, en ton ces n ad ie m e re ce ser castigado. N in gu na acción es libre. Por lo tanto N ad ie m e re ce ser castigado. 3. Si el in ocen te sufre, en ton ces el m u n d o n o es p erfecto. Si Dios existe, en ton ces el m u n d o es p erfecto. Por lo tanto Si el in ocen te sufre, en ton ces Dios n o existe. Otras formas válidas de argumentación Obtenemos algunos argumentos válidos a partir de las formas de argumentación sustituyendo en ellas expresiones que no son ora ciones. Para ver la razón de esto, consideremos el argumento si guiente: Todas las acciones correctas son acciones que tienen buenas consecuencias. Todas las acciones que tienen buenas consecuencias son ac ciones que aumentan la felicidad y disminuyen el dolor. Por lo tanto Todas las acciones correctas son acciones que aumentan la felicidad y disminuyen el dolor. Una breve reflexión nos convencerá de que si las premisas de este argumento son verdaderas, entonces la conclusión también debe ser verdadera. Este argumento no es de la forma Modus po- nens ni de las otras formas antes consideradas. El argumento es válido en virtud de que es un argumento de la forma siguiente: TodaX es Y. Toda Y es Z. Por lo tanto TodaX es Z. 'Iodos los argumentos de esta forma son válidos. Obtenemos un argumento de esta forma sustituyendo las expresiones que des criben clases de cosas por las variables X , Y y Z. Si sustituimos la expresión ‘acciones correctas’ por X , ‘acciones que tienen buenas LA LÓGICA 2 3 consecuencias’ por Y, y ‘acciones que aumentan la felicidad y dis minuyen el dolor’, por Z, entonces obtendremos el argumento recién considerado. Otras formas válidas de argumento de este tipo son: Todas las X son I'. N in gu na X es Y. Todas las Z son X. Por lo tatúo N in gu na Z es Y. A lgunas X son Z . Por lo tanto A lgunas Y son Z Todas las X son Y A lgunas X n o son Z Por lo tanto A lgunas Y n o son Z Tales argumentos son conocidos como silogismos categóricos. Validez y verdad Los argumentos que tienen una forma válida son válidos aun cuando sean completamente absurdos. Por ejemplo, es válido el argumento siguiente: Todas las mujeres son gatos. Todos los gatos son hombres. Por lo tanto Todas las mujeres son hombres. Este argumento tiene premisas falsas (al menos consideradas lite ralmente) y conclusión falsa. Esto pone de manifiesto el carácter hipotético de la validez. A lo que equivale la vafidez de estos argu mentos es a la.garantía de que la conclusión deberá ser verdadera si las premisas son verdaderas. Si un argumento puede ser válido aun teniendo una conclu sión ridiculamente falsa, ¿qué tiene de bueno la validez? ¿Por qué habríamos de ocuparnos de la validez? La respuesta es que un argumento válido es un conservador de la verdad. La verdad en las premisas de un argumento válido está conservada en la conclusión. Por supuesto, si para empezar las premisas no son verdaderas, entonces incluso un argumento válido no puede ase gurar que la conclusión sea verdadera. Pero sólo los argumentos válidos conservan la verdad. Una analogía podría ayudar a es clarecer este punto. De un modo general, los argumentos válidos conservan la verdad como los buenos congeladores conservan la comida. Si la comida que se coloca en un congelador está descom puesta desde un principio, entonces ni siquiera un buen conge lador puede conservarla. Pero si la comida puesta en un buen 2 4 CONTENIDO Y MÉTODOS DE LA FILOSOFÍA congelador está fresca, entonces el congelador la consevará. Los buenos congeladores y los argumentos válidos conservan los ali mentos y la verdad respectivamente. Pero así como el primero no puede conservar la comida cuando ésta está descompuesta, así el segundo no puede conservar la verdad cuando las premisas son falsas. Sin embargo, vale la pena tener congeladores de co mida y argumentos válidos, porque conservan algo bueno cuando se tiene, y sin ellos uno puede terminar con algo podrido aun cuando en el principio fuera algo impecable. Así, debe desearse la validez y evitarse la invalidez. El método del contraejemplo Hemos considerado varias formas válidas de argumentación. Sin embargo, estas formas son sólo algunas entre muchas. Para nues tros propósitos no es necesario, aun cuando sería útil, conocer todas las formas válidas de argumento; por el contrario, debere mos confiar en un examen más intuitivo para la validez. Primero necesitaremos un examen para la invalidez, esto es, un método para mostrar que la conclusión de un argumento no se sigue vá lidamente a partir de las premisas. La técnica que adoptaremos se conoce como el método del contraejemplo. La afirmación de que un argumento es válido puede refutarse encontrando un ejemplo de una situación en la que las premisas sean verdaderas y la conclusión falsa. Más aún, y esto es clave, el ejemplo sólo debe ser sobre algo posible. No debe ser un ejem plo sobre algo que nunca ha ocurrido o de algo que difícilmente ocurrirá. Se refútará la afirmación de validez sólo en el caso en el que el ejemplo describa claramente algo posible, y describa cla ramente un estado de cosas en el que la conclusión sea falsa y las premisas verdaderas. Para ver cómo funciona el método, considérese el argumento siguiente: Todos los comunistas se oponen al capitalismo. Pérez se opone al capitalismo.. Por lo tanto Pérez es un comunista. Es facilísimo describir un contraejemplo que muestre que la conclusión de este argumento no se sigue de las premisas. Su LA LÓGICA 2 5 pongamos que Pérez es una persona que cree que la riqueza y las propiedades deberían ser poseídas y controladas por su fa milia y traspasadas por herencia. Así, él rechaza tanto el capita lismo como el comunismo en favor del perecismo, una doctrina económica hasta ahora desconocida que sostiene que todo de bería pertenecer a los Pérez. Lo que se describe en este ejemplo es posible y, suponiendo que tanto la primera premisa como la se gunda sean verdaderas, es un ejemplo en el que las premisas son verdaderas y la conclusión falsa. Este contraejemplo muestra que aun si las premisas del argumento son verdaderas, no se sigue que la conclusión sea verdadera. El argumento es inválido. Por lo tanto, no tiene sentido defender la conclusión del argumento sosteniendo que las premisas son verdaderas. Se necesitaría algún argumento totalmente diferente para establecer esa conclusión. Hemos mostrado la invalidez de un arguménte al encontrar un contraejemplo. A veces es más fácil encontrar un ejemplo se mejante si primero se considera la forma del argumento. El ar gumento anterior era de la siguiente forma: Todo C es O. P es O. Por lo tanto P es C. Un argumento de esta forma es inválido porque las premisas de jan abierta la posibilidad de que algo que es O podría no ser C, y si se deja abierta esta posibilidad, entonces obviamente es posible que las premisas sean verdaderas y la conclusión falsa. Los señalamientos anteriores muestran cómo se aplica el mé todo del contraejemplo a los argumentos. Esencialmente es un método para establecer la invalidez. Podemos complementar esta prueba para la invalidez con otra. Así como hay formas válidas de argumentación, hay también algunas formas inválidas de ar gumentación. Dos formas inválidas de argumentación muy im portantes son las siguientes: Negación del antecedente Afirmación del consecuente Si P , entonces Q Si P, entonces Q No P Q Por lo tanto Por lo tanto No Q P 2 6 CONTENIDO Y MÉTODOS DE LA FILOSOFÍA Cualquier argumento de cualquiera de estas formas es inválido. Hacemos hincapié en estas dos formas inválidas de argumento porque a menudo estamos tentados a usar un argumento de al guna de estas formas, y también porque uno se topa frecuente mente con argumentos que otros usan y que tienen estas formas. De esta manera, tenemos un examen en dos pasos para la inva lidez. Primero, determinamos si el argumento en cuestión tiene una de esas formas inválidas de argumentación. Si es así, el ar gumento es inválido. Si el argumento no tiene una de las formas inválidas de argumento, pero seguimos sospechando de su inva lidez, podemos aplicar el método del contraejemplo. Si podemos pensar en una posible situación en la que las premisas sean ver daderas y la conclusión falsa, entonces el argumento es inválido. Por otro lado, tenemos también un examen para la validez. Primero, si el argumento tiene una de las formas válidas de ar gumento citadas en las páginas 18-23, entonces es un argumento válido. Segundo, puede mostrarse que un argumento es válido por el uso repetido de las formas de argumentación. Tercero, al gunos argumentos son obviamente válidos, aun cuando no ten gan ninguna de las formas discutidas. Por ejemplo, de un enun ciado como 1. Tomás tenía un pensamiento picaro podemos obviamente concluir con validez 2. Tomás tenía un pensamiento. El argumento en cuestión es válido siempre y cuando esté pre sente alguna de estas tres condiciones. Desafortunadamente, habrá todavía argumentos que no en tren en ninguno de los procedimientos aquí señalados. En tales casos, nuestro procedimiento será el siguiente: consideraremos inocente un argumento de ese tipo mientras no se pruebe su cul pabilidad. Es decir, podemos aceptar como válido tal argumento mientras no pensemos en algún contraejemplo que pruebe su invalidez. Por supuesto, este procedimiento no debe aplicarse irreflexiva y acríticamente. Debemos preguntarnos si es posible que este argumento, o un argumento de esta forma, sea refutable mediante un contraejemplo. Si después de pensarlo cuidadosa mente concluimos que no pueden encontrarse contraejemplos, LA LÓGICA 2 7 podemos aceptar en forma tentativa que el argumento es válido. Este es el procedimiento que adoptaremos. E j e r c i c i o s E n cu e n tre con traejem p los p ara los arg u m en to s siguientes. R ecu erd e q u e u n arg u m en to válido p u ed e ten er p rem isas falsas, así que un ejem plo q u e m u estre q u e u n a d e sus prem isas es falsa no constituye un c o n traejem p lo que m u estre que el arg u m en to es inválido. 1. Si L óp ez es el lad rón , en ton