¿Alguna vez has sentido que te cuesta orar, que leer la biblia te parece cansado, que escuchar música que glori fi que a Dios no te suena tan bien y que ir a la iglesia te parecía mas como una obligación y no como un lugar de descanso para tu alma? Si es así, NO ESTAS SOLO, pase algo similar este año, claro que no lo digo con orgullo, me avergüenza decirlo, después de todo lo que Dios había hecho en mi vida, de el propósito que dio a mi existencia, me sentía estancado, veía como todos los demás seguían creciendo en Dios y yo simplemente me quedaba detenido, esperaba que Dios mostrara las cosas que quería para mi vida este año, sin embargo no llegaron, ore por ellas y no me fueron mostradas. Recordé algo que una vez escuché en mi iglesia, algo llamado “Desierto”, un lugar donde las almas se sentían desoladas, en un ambiente árido, sin movimiento. En uno de los grupos de estudio de mi iglesia, escuche a una hermana hablar sobre esto, con una frase que le dio sentido a ese momento de mi vida que estaba pasando: Porque el “desierto” es el lugar donde Dios prueba lo que hay en el corazón. En el momento que lo escuché mi cabeza se llenó de frustración con la pregunta: Si estaba tan bien con mi relación con el ¿Porque está tratando de probarme? Estaba esperando deseoso su voluntad para mi vida este año, gracias a todo las cosas maravillosas que me permitió ser parte, y la misma hermana que dio la frase en el estudio, me dio a entender mi error: “Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón.” OSEAS 2 : 14 RVR1960 Dios a través de los “desiertos” que pasan en nuestras vidas SIEMPRE prueba lo que hay dentro de nosotros, muchas de las personas, incluyéndome, a veces basamos las cosas que creemos acerca de Dios en los milagros, en las bendiciones y en las cosas buenas que nos pasan, entonces ¿porque me hacia pasar por un desierto? “ Ese es el punto del desierto, comprobar si nuestra fe está sostenida en el milagro o en el Dios de los milagros” Ese momento de desierto en donde parece que Dios se olvido de seguirnos bendiciendo, es donde Dios prueba si de verdad “la obediencia es tan deseada como la bendicion de Dios” Dios nos dio un claro ejemplo en la biblia, los hebreos, esta tribu que presenció como un mar se abrió en dos, como una columna de fuego los guiaba de noche, que LITERALMENTE caía pan del cielo, no fue capaz de obedecer a Dios en los momentos difíciles, que pre fi rió dirigir su atención a cosas materiales, a sentimientos humanos, todo porque no pudieron esperar el plan de Dios. Y eso me recordó a mi mismo, apresurando las cosas solo porque yo sentía que se acababa el tiempo, que no iba a poder soportar mas, dirigía mi atención a cosas que no valían lo mismo a las cosas que Dios tenía preparado para mi, pero agradezco tanto tener un padre amoroso que como decia en Oseas: “Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón.” Estando en el desierto, Dios hablo a mi corazón apresurado, a mi corazón desobediente con amor. Y me mostró el propósito de pasar ese “desierto”. Me hizo ver a nuestro Padre de otra manera, y esas son las cosas que me enamoran de él, que a pesar de las circunstancias, el se presenta a mi vida con otra función (y han sido muchas funciones). Te invito a que ores al Señor, no por una respuesta, sino, por la capacidad de poder decir amén a esos “desiertos” y que nuestros corazones sean gratos a sus ojos, y así poder seguir dando pasos y creciendo en su propósito divino.