Revista de divulgación científica sobre política ¿Qué somos? PAG.05 La dialéctica como motor para el robustecimiento de la calidad democrática PAG. 14 ¿Fue la Segunda República Española una democracia? PAG. 10 Pandemia y fin de la globalización PAG. 6 En portada Destacados Descubre nuestra razón de ser, lo que nos hace únicos EDITORIAL DIRECCIÓN GENERAL: David Ingelmo Rodríguez. david.@somospolitologos.com DIRECCIÓN TÉCNICA Y CREATIVA: Isaac Moriel Herrera. isaac@somospolitologos.com DISEÑO Y MAQUETACIÓN: Antonio Cabello Martínez antonio@somospolitologos.com © COPYRIGHT 2020. TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS Las opiniones aquí vertidas son exclusivamente de sus autores. La revista “ SOMOS POLITÓLOGOS ” no se responsabiliza de las mismas, aunque respeta y apoya la libertad de expresión de todos los autores, así como del resto de la humanidad pues la libertad es el mayor gesto de respeto hacia nuestros semejantes. SCIENTIA POTENTIA EST SOMOS POLITÓLOGOS - REVISTA DE DIVULGACIÓN CIENTÍFICA SOBRE POLÍTICA - Nº 1 PAG. 2 Retrato de Niccolò Machiavelli obra de Santi di Tito Creado en la segunda mitad de siglo XVI. Editorial: ¿Qué somos? PAG. 4 Pandemia y fin de la globalización PAG. 6 La imagen de la portada MONTAJE Este ejemplar de la revista “ Somos Politólogos ” ha sido montado con más prisa que vergüenza por un becario que cobra en cuencos de arroz en un sótano de Mordor SCIENTIA POTENTIA EST EDITORIAL La revista “ Somos Politólogos ” es una idea original de David e Isaac. SOMOS POLITÓLOGOS - REVISTA DE DIVULGACIÓN CIENTÍFICA SOBRE POLÍTICA - Nº 1 En este número encontrarás... PAG. 3 Editorial: ¿Qué somos? ................................ ................................ ................................ ................................ ..... 4 Pandemia y fin de la globalización ................................ ................................ ................................ ................... 6 Cara a Cara: ¿Fue la Segunda República una democracia? ................................ ................................ ............ 8 La dialéctica como motor para el robustecimiento de la calidad democrática ................................ ............ 14 Ensayo sobre una democracia fallida ................................ ................................ ................................ ............... 16 ¿Pudo evitarse la tragedia de Srebrenica ................................ ................................ ................................ ........ 22 Historiador realista y pesimista antropológico. La batalla de Otumba ................................ ......................... 28 Extracto del libro homónimo de Alfredo Tucci: Un jardín, es sólo un “ hasta cuando ................................ .. 30 Paraguay, el país de las paradojas ................................ ................................ ................................ .................... 32 Un café, dos desconocidos y un eterno dilema ................................ ................................ .............................. 34 España y las autonomías ................................ ................................ ................................ ................................ ... 38 Necesidad de una ley para la protección del patrimonio histórico y cultural de Tuxtla Gutiérrez ............ 40 El Golem de Praga: orígenes e ilustraciones en la ciencia ficción ................................ ................................ .. 42 El experimento de la cárcel de Stanford. Los límites de la moral humana y el abuso de poder ................. 44 No apto para el populacho: ni libres ni seguros. ................................ ................................ ............................. 48 El preludio para una guerra inevitable ................................ ................................ ................................ ............ 52 A resultas del Pin Parental ................................ ................................ ................................ ................................ 54 Derecho de resistencia, desobediencia civil y golpe de estado: breves consideraciones ........................... 56 Repensando el Allin Kawsay (buen vivir) desde perspectivas femeninas ................................ ..................... 58 La administración española tras el fin del antiguo régimen. Prefectos y gobernadores civiles .................. 62 Somos politólogos. Analizamos la políti- ca, las relaciones de poder, en todos sus aspectos. La política se encuentra pre- sente en todas las facetas de la vida: desde la familia, las pequeñas empresas, las asociaciones de vecinos o los grupos de amigos hasta las grandes multinacio- nales y los Estados. Los politólogos somos tan importantes como los juristas, los maestros o los mé- dicos. Cumplimos la función esencial de analizar todo lo relacionado con la políti- ca (sus actores, comportamientos, pro- cesos, normas, instituciones, políticas públicas ...) y proponer soluciones a los problemas. Hasta tal punto la política es importante que la gestión de un servicio público de salud, como hemos visto con la pandemia actual del coronavirus covid - 19, puede salvar vidas o por el contrario destruirlas. Y la política es necesaria analizarla desde un punto de vista imparcial, apartidista, alejado de sesgos ideológicos, aunque sea evidente que los politólogos no so- mos del todo neutrales al ser personas y tener nuestras propias ideas. Pero es conveniente analizarla bajo unas normas científicas que los politólogos conoce- mos. Nicolás Maquiavelo, padre de la ciencia política moderna, dejando de lado su ferviente republicanismo para analizar el Estado monárquico absolutis- ta, es ejemplo de ello. Por ello, un grupo de politólogos españo- les y latinoamericanos hemos lanzado esta revista, “ Somos Politólogos ” - gestionada legalmente por DIGITAL DE INFORMACIÓN Y RADIODIFUSIÓN, radi- cada en la ciudad española de Málaga - con los fines de dar respuesta a las múlti- ples preguntas relacionadas con la políti- ca y el poder desde una perspectiva cien- tífica; de analizar científicamente la ac- tualidad política española, latinoamerica- na e internacional; y de unir las investi- gaciones y análisis políticos del mundo hispano en un único canal. Cada dos semanas tendremos artículos redactados por cientistas políticos hispa- nos sobre politología y otras ciencias relacionadas con la política como la so- ciología, el derecho, la historia, la econo- mía o la antropología. También tendre- mos secciones muy vinculadas al mundo digital como una de “ Fact Che- cking ” (“ verificación de hechos ”) para detectar errores, bulos e informar con transparencia sobre gobiernos y acto- res políticos, una sección de “ Cara a Cara ” en la que dos personas del mundo de la politología dan su visión confronta- da sobre un tema de la actualidad o de la realidad política, una sección de “ Memes ” que recogen los mejores de las últimas dos semanas, y columnas de “ Opinión ” provenientes de expertos y de destacados personajes del mundo de la política hispana. Vivimos en un mundo de cambios cons- tantes que deben ser analizados desde una perspectiva global y científica para proponer soluciones a los distintos pro- blemas sociopolíticos. Y Somos Politólo- gos es el medio adecuado para ello. Os esperamos. SOMOS POLITÓLOGOS - REVISTA DE DIVULGACIÓN CIENTÍFICA SOBRE POLÍTICA - Nº 1 PAG. 4 By David Ingelmo ¿Qué somos? SOMOS POLITÓLOGOS - REVISTA DE DIVULGACIÓN CIENTÍFICA SOBRE POLÍTICA - Nº 1 PAG. 5 Si hay algún concepto que ha dado para crear ingentes cantidades de contenido ese es el de globalización. Durante décadas hemos convivido con la transversalidad del concepto globaliza- dor como base para explicar la evolución de las economías nacionales, comporta- mientos sociales, desarrollo industrial o comercio internacional. Y hoy, la globalización vuelve a estar en boga, pero en este caso es para rebatir su persistencia en el tiempo tras la in- fluencia del coronavirus de forma súbita y generalizada. Muchas son las voces que hablan sobre si tras la pandemia causada por la Covid 19 el fin de la globalización ha llegado, o si simplemente no es cuestión de fecha de caducidad de un proceso tan relevan- te como es el globalizador, sino que es el comienzo de una nueva fase en la evolu- ción de dicho proceso en el cual las re- glas cambian y en el cual el tablero de juego ahora está boca abajo. TRES GRANDES HECHOS HISTÓRICOS QUE MARCARÁN UN CAMBIO DE CICLO La historia de la humanidad se cuenta siempre a base de grandes efemérides. El día a día es lo que marca la evolución de los tiempos, pero los grandes hechos son los que señalan puntos de inflexión en el devenir de la historia, y en el caso actual, tenemos tres que van a marcar a las sociedades futuras: Fronteras y seguridad internacional: los atentados del 9/11 supusieron un cam- bio en el paradigma de la seguridad in- ternacional en múltiples ámbitos. A par- tir de entonces, la gestión de datos y el control de fronteras cambió radicalmen- te. Descalabro financiero mundial: la gran recesión de 2008 iniciada oficialmente con la caída de Lehman Brothers supuso un shock económico mundial tras descu- brir las vergüenzas de un sistema finan- ciero global tremendamente especulati- vo y cuyo equilibrio pende de contrape- sos sumamente débiles. Colapso sanitario/institucional: una pan- demia a nivel mundial que ha cogido a contrapié a todos los gobiernos del pla- neta y que ha sometido a las poblaciones a una tensión enorme. El concepto de la libertad individual y el control estatal va a ser otro totalmente distinto una vez que superemos esta situación, a pesar de que uno de los problemas más graves que han tenido y tienen los diferentes gobiernos está relacionado con la ges- tión de sus recursos sanitarios institucio- nales. Y es la evolución de dichos procesos lo que ha llevado a que se plantee un nue- vo escenario geopolítico internacional en el que el multilateralismo conocido es uno de los grandes damnificados. FIN DEL MULTILATERALISMO Bretton Woods queda ya muy lejos para muchos dirigentes. El multilateralismo está de capa caída y los movimientos proteccionistas están a la orden del día a lo largo y ancho del planeta, copando a su vez sus más altos niveles de representación institucional partidos políticos populistas con recetas contra la pandemia que están demos- trando ser capaces de ser más perjudi- ciales que beneficiosas. Por ejemplo, en EEUU Donald Trump ha pasado del nega- cionismo inicial a una reacción tardía, o el Reino Unido, donde Boris Johnson pasó por anteponer los intereses econó- micos apoyado en la idea de la inmuni- dad de grupo al posible exceso de celo protector con su población. La evolución y las sinergias de los tres grandes hitos mencionados anterior- mente han dado pie al auge de un popu- lismo principalmente desglobalizador, elevándolo a cotas altas de representa- SOMOS POLITÓLOGOS - REVISTA DE DIVULGACIÓN CIENTÍFICA SOBRE POLÍTICA - Nº 1 PAG. 6 By Fran Recio Pandemia y fin de la globalización ción institucional a través de diferentes partidos, los cuales han encontrado un nicho político prolífico en la discrimina- ción y la narrativa nacional, y que justa- mente progresa en dirección contraria a la necesaria cooperación internacional esencial en estos tiempos. Al final, cuando nos encontremos en una fase más avanzada de desarrollo de la pandemia en la que el final esté más cerca, la nueva globalización requerirá de formas y modos diferentes en la que la gobernanza multinivel o inductiva ofrezca soluciones a los conflictos nacio- nales que hoy están bastante implanta- dos y que requieren una mejor combina- ción con los intereses globales. GOBERNANZA MULTINIVEL / GOBER- NANZA INDUCTIVA Según recoge Andrés Ortega en el blog del Real Instituto Elcano, la Cumbre del Clima de París (COP21) ha producido un tipo nuevo de gobernanza, tanto en el camino diplomático hacia el acuerdo como en su previsible aplicación. De aba- jo a arriba, no sólo en la negociación, sino en la aplicación. (Ortega, 2015) A diferencia de la gobernanza tradicio- nal, la gobernanza inductiva implica una forma ascendente de organizar la acción colectiva para abordar los problemas mundiales en la que se involucran dife- rentes organizaciones de la sociedad civil, expertos y gobiernos locales. Y es ahora, justo ahora cuando se ha puesto de nuevo en juego la importancia del papel del Estado, cuando el papel del multilateralismo a través de instituciones como la OMS, el FMI o el BM deben to- mar más protagonismo, acompañado de una gobernanza multinivel en la que estas trabajen de forma conjunta con empresas y organismos locales, ya que la recuperación solo vendrá de la mano de una comunidad global fuerte que esté preparada para posibles conflictos inter- nacionales que requieran una respuesta conjunta en tiempo y modo. Por ejemplo, uno de los puntos clave en la actualidad es el de garantizar suminis- tros sanitarios adecuados para que no suceda como en los comienzos de esta crisis en la que muchos sanitarios afron- taron el tratamiento a enfermos sin equi- pos de protección adecuados, bien por la falta de colaboración internacional, bien por la excesiva dependencia industrial de occidente hacia China como dijo el minis- tro de finanzas francés Bruno Le Maire. En los próximos meses veremos cómo actúan los diferentes gobiernos y vere- mos si acciones como las del gobierno de EEUU acaparando una futurible vacuna a Pfizer y BioNtech van a ser la norma o simplemente una raya en el agua. RESHORING O LA RECONCEPTUALIZA- CIÓN DEL MADE IN CHINA La pandemia ha puesto de manifiesto nuestra dependencia mutua, el grado de interdependencia al que habíamos llega- do y la posibilidad de que haya llegado el momento en el que determinadas multi- nacionales se deban plantear repatriar parte de su producción (reshoring). La situación que ha generado esta pan- demia a nivel mundial sobre la oferta (de producción) y sobre la demanda (de con- sumo) puede derivar en una crisis finan- ciera importante en tiempos en los que los gobiernos del mundo tienen cada vez menos instrumentos para luchar contra sus efectos y sus efectos van a ser, a cor- to y a medio plazo, bastante costosos. Esto puede desembocar en que exista una mayor nacionalización en determi- nados sectores que se vean especialmen- te implicados en esta crisis y que puedan ser de un interés estratégico para los gobiernos nacionales. Por ejemplo, el caso de la nueva Alitalia (TAI), en la que el porcentaje mayoritario del accionaria- do pasa a ser parte del Estado a través de Ferrovie dello Stato y el Ministerio de Economía Italiano, apoyado en un diez por ciento por la norteamericana Delta. Y de forma complementaria o añadida a la nacionalización, también es posible que veamos un repunte en la regionali- zación de la producción que pueda lidiar con la dependencia industrial asiática del mundo entero, por ejemplo, con el ma- terial sanitario y las medicinas. El minis- tro checo titular de la cartera de Sanidad hizo alusión a este hecho afirmando que los europeos dependen en exceso de esos países, ya que una tercera parte de sus medicinas procede de dichos merca- dos, por lo que la implantación de una industria europea o nacional evitaría colapsos en los suministros como los que hemos vivido unos meses atrás. MÁS QUE FINAL, COMIENZO DE LA FRAGMENTACIÓN DE LA GLOBALIZACIÓN A modo de conclusión, lo que parece evidente es que la pandemia dejará clara la desigualdad global: la volatilidad de los precios de los productos básicos, el au- mento del proteccionismo, la inestabili- dad política y la brecha digital van a jugar en contra de la población más vulnera- ble. La actuación global y el multilateralismo deberían ser fuertes apoyos en el proce- so de mejora de la situación más que gigantes con pies de barro, porque si hay algo que se antoja esencial en el futuro va a ser la gestión global de la deuda. Como se indica desde el FMI, será im- prescindible el fortalecimiento de las instituciones financieras globales, asegu- rando que los países en desarrollo pue- dan financiar necesidades críticas de gasto y hacer frente a los problemas de sostenibilidad de la deuda y fortalecien- do la red de seguridad financiera mun- dial. Por lo tanto, la globalización ahora viene con nuevas reglas y es muy probable que aumente la pobreza y la desigualdad, exponiendo aún más las deficiencias de los sistemas de salud, la precariedad del trabajo y las ya complicadas perspectivas laborales de los jóvenes de países como Grecia o España, en los que la tasa de desempleo se eleva a porcentajes insa- nos. Al igual que para anteriores estudios de política comparada el consumo de luz se consideraba como indicador del nivel de progreso, en el futuro la digitalización se va a plantear como el principal señalador que marque las diferencias entre países pobres y ricos. En esta tecnocracia global, casi todo el mundo tiene acceso a un dispositivo digi- tal personal. En el tercer mundo no. Se crearán dos velocidades en todo y al SOMOS POLITÓLOGOS - REVISTA DE DIVULGACIÓN CIENTÍFICA SOBRE POLÍTICA - Nº 1 PAG. 7 igual que la desigualdad mundial aumen- tó notablemente con la revolución indus- trial británica porque solamente algunas partes del mundo adoptaron las innova- ciones y las nuevas tecnologías que desa- rrollaron hombres como Arkwright y Watt, y otros muchos posteriormen- te (Acemoglu y Robinson, 2012), tras la pandemia la digitalización será la brecha que separe a unos y a otros. Entre las posibles soluciones, ayudar a los trabajadores más afectados mediante redes de protección social y seguros so- ciales para amortiguar las súbitas pérdi- das de empleo e ingresos. A su vez, para reducir la desigualdad y ofrecer a las personas mejores perspecti- vas, los gobiernos deberán implementar mejores drásticas en la educación y la capacitación de las nuevas generaciones para preparar mejor a los trabajadores para los empleos del futuro y, al mismo tiempo, se realizará un esfuerzo por in- vertir en infraestructuras digitales para lograr así rebajar la brecha digital. SOMOS POLITÓLOGOS - REVISTA DE DIVULGACIÓN CIENTÍFICA SOBRE POLÍTICA - Nº 1 PAG. 8 SOMOS POLITÓLOGOS - REVISTA DE DIVULGACIÓN CIENTÍFICA SOBRE POLÍTICA - Nº 1 PAG. 9 La Segunda República SI fue una democracia La democracia durante la Segunda República. Tras el fracaso del gobierno de Dámaso Berenguer a propues- ta de Miguel Primo de Rivera, y los sucesivos intentos del rey Alfonso XIII para encontrar una persona que tomará las rien- das y se hiciera cargo del régimen monárquico y por tanto, la frustración del breve período de la denominada dictablanda, se convocan elecciones, primero municipales, y más tarde a las Cortes, con carácter Constituyente. El 12 de abril de 1931 tuvieron lugar las elecciones municipa- les. Este acontecimiento abrió paso a un nuevo orden políti- co. Cuando las primeras informaciones de la prensa confirma- ron el triunfo moral de los republicanos, estos se echaron a la calle en muchas ciudades, abriendo paso a una auténtica re- volución popular de carácter pacífico. En casi todas las capita- les de provincia de España había logrado ganar los republica- nos. El 14 de abril se proclamó la República oficialmente. Esta situación llevaría a Alfonso XIII abandonar España rumbo al exilio, sin haber abdicado ni renunciado a la Corona, mientras se limitaba a esperar en el exilio a que las circunstancias posi- bilitaron su retorno. El establecimiento de la Segunda República significó un cam- bio transcendental que incluía la sustitución o la reforma de muchas de las instituciones vigentes con la Monarquía. El objetivo primordial de este nuevo régimen tenía un carácter innovador respecto a algunas cuestiones. Nacía bajo un espíritu democratizador y reformis- ta con el propósito de convertir al país en un Estado mo- derno, laico e inclusivo, alejado del característico caciquismo, el atraso industrial y agrario, y eliminar la inmovilidad social y SOMOS POLITÓLOGOS - REVISTA DE DIVULGACIÓN CIENTÍFICA SOBRE POLÍTICA - Nº 1 PAG. 10 La Segunda República NO fue una democracia No fue eso, no fue eso Una de las máximas que todos conocemos y que son la base de la democracia es que el poder emana de la soberanía que reposa en el conjunto de la nación. La legitimidad de los siste- mas democráticos nace de la voluntad nacional expresada en las urnas. Esto implica que necesariamente debe de haber un consenso mayoritario por parte de la ciudadanía hacia ese sistema de gobierno, y debe salir de una votación. Esto nos lleva al primer problema para calificar de democrática a la Segunda República. El origen de la Segunda República son unas elecciones municipales, que distan mucho de ser un referéndum sobre el sistema político, en las que además hay una mayoría de concejales monárquicos. Según los datos del historiador Javier Tusells los monárquicos obtuvieron 40.324 concejales, los republicanos 34.688, los socialistas 4.813, un grupo de indefinidos 1.207 y los comunistas 67. Este proble- ma en la legitimidad de su origen podría haber tenido una fácil solución. Hubiera sido tan simple como someter a refe- réndum la constitución promulgada. Pero esto no sucedió. Fueron las Cortes Constituyentes las que aprobaron el texto constitucional sin someterlo a la consulta del conjunto de los españoles. Otro de los problemas que destacan en el aspecto normativo son los límites a la libertad de expresión y la censura. Esto se plasma tanto en la Ley de Defensa de la República del 21/10/1931 como en la Ley de Orden Público que es la que le sustituye a partir del verano de 1933. Esta ley de excepción fue la norma fundamental en la configuración del régimen jurídico de las libertades públicas durante casi dos años. A partir de La Ley de Orden Público las garantías constituciona- La democracia durante la Segunda República. ¿Fue la Segunda República Española una democracia? No fue eso, no fue eso Patricia de Caso Estébanez Isaac E. Moriel Herrera SOMOS POLITÓLOGOS - REVISTA DE DIVULGACIÓN CIENTÍFICA SOBRE POLÍTICA - Nº 1 PAG. 11 el abuso de poder de la iglesia católica, apartando a esta últi- ma del ámbito educativo. Un claro ejemplo de ello fue la elaboración de un proyecto constitucional, la Constitución de 1931, en la cual se discutie- ron algunos temas de gran controversia como la organización del Estado o el poder de la Iglesia Católica. Esta Constitución supuso un notable avance porque exponía la defensa de de- rechos humanos, como a su vez, protegía derechos individua- les y sociales. Se establecieron derechos como el aborto, el divorcio o el matrimonio civil. A pesar de sus imperfecciones, esta constitución era de las más democráticas de cuantas habían estado en vigor en España hasta la actual Constitución La Segunda República desfiló por varias etapas. Durante una de sus primeras etapas, la cual se corresponde con el llamado Primer Bienio, o denominado también reformista, que abarca desde el invierno de 1931 hasta el verano de 1933, goberna- da bajo la coalición de partidos que presidía Manuel Azaña, se intentó llevar a cabo novedosas reformas, destacando algu- nas de ellas como la educativa, con la que se pretendía redu- cir las altas tasas de analfabetismo dentro de la sociedad es- pañola y que además se estableció la universalidad de la en- señanza; la reforma agraria, que trataba de acabar con el re- traso acaecido en el campo español e intentó crear una diná- mica social y laboral libre de abusos; o la reforma militar, con un proyecto claro, convertir al ejército en un ejército más moderno y eficaz. Esta etapa se caracterizó como la más diná- mica y fructífera, en la que se anticiparon las grandes líneas del reformismo republicano y las grandes preocupaciones sociales que alentaban los representantes de la izquierda republicana y socialista. Sin embargo, el proyecto republicano de los años 1931 - 1933 fue un fracaso, debido al cambio políti- co provocado por las elecciones de noviembre de 1933, y sobre todo, la ruptura bélica de 1936. Las elecciones de noviembre de 1933 supusieron un cambio notable en el rumbo de la República. A partir de entonces, y hasta febrero de 1936, se extiende otra etapa denominada bienio radical - cedista, o bienio negro, caracterizada por un tono más conservador y por la revisión de gran parte de la labor reformista del bienio anterior e incluso llegando a opo- nerse a las reformas llevadas a cabo. Además, durante el período republicano, la Segunda Repúbli- ca tuvo que hacer frente a los numerosos procesos insurrec- cionales cuya única intención era dinamitar el régimen repu- blicano, con ejemplos como el intento de golpe del general SanJurjo en el verano de 1932, como grupos opositores como los fascistas, los monárquicos, e incluso, tramas cívico - militares por parte de la Unión Militar Española (UME) o algu- nos generales como Mola o Queipo de Llano. Otros dos acontecimientos claves fueron los asesinatos del les estuvieron suspendidas prácticamente todo el tiempo hasta el inicio de la Guerra Civil. La aplicación de la Ley de Orden Público llega a tal punto que lo verdaderamente ex- cepcional son los periodos en los que rige la normalidad cons- titucional.* También es importante destacar algo tan significativo como el no reconocimiento del vencedor tras las elecciones de 1933, cuando a la CEDA, el partido más votado, no se le permite gobernar. Ocurre en gran medida por las amenazas de los partidos de izquierda y las presiones al Presidente de la Repú- blica. Se trata sin duda de uno de los puntos de inflexión en la legitimidad democrática de la Segunda República. No recono- cer el derecho del adversario a gobernar implica una grave distorsión de la percepción de lo que debería ser una repúbli- ca democrática. Cuando por fin el gobierno se dispuso a incorporar varios mi- nistros cedistas. “ Abandonen sus esperanzas los hombres que aún fían la solución del gran problema político español a las normas de la convivencia, tal como las entienden los demó- cratas burgueses. (...) Nuestros temores están, a buen seguro, archijustificados. Renuncie todo el mundo a la revolución pacífica, que es una utopía. En período revolucionario no hay país que no esté en guerra. Bendita la guerra contra los cau- santes de la ruina de España ”. La forma en la que se juzga la participación de las organizacio- nes políticas en los hechos de Asturias de 1934 pone en en- tredicho el predominio de la ley. Partidos y líderes políticos salen no solo indemnes, sino reforzados tras el fracaso de la revolución. Haciendo además de la amnistía de todos los re- volucionarios encarcelados y la revisión de las responsabilida- des de los cargos y funcionarios públicos un tema central de la agenda política. Una democracia no puede hacer excepcio- nes en el cumplimiento de la ley, y menos contra los que atentan contra el orden constitucional por la fuerza. Otra arbitrariedad notable impropia de un Estado de Derecho que denota la limitada comprensión de la democracia en aquellas élites políticas es la forma en la que son tramitados los casos Strauss Perl y Nombela. En lugar de presentarse en un juzgado como sería el cauce lógico en una democracia con separación de poderes, estos casos son presentados ante la Cámara directamente por el Presidente de la República. Sien- do el Congreso el que realiza un juicio político que en ningún caso le compete, sino que pertenece al ámbito de los tribuna- les de justicia. Es inaudito que Alcalá Zamora se prestara a algo semejante cuando se le presentó la denuncia. Lo normal en cualquier democracia es que sean los jueces quien lo ges- tione y resuelva. A partir de 1936 los hechos que ponen en entredicho la legiti- midad democrática se suceden y son cada vez de mayor gra- teniente de la Guardia de Asalto, José Castillo, a manos de pistoleros de extrema derecha, y el de Calvo Sotelo, en res- puesta a este suceso, por parte de los compañeros policías del teniente Castillo. El país quedó sobrecogido por el doble crimen, que serviría como prólogo al golpe militar. De hecho, la muerte de Calvo Sotelo alentó a algunos de los conspirado- res. Las elecciones de febrero de 1936 dieron la victoria al Frente Popular, cuyo ansiado triunfo, fue el eficaz resultado de la unidad de varias organizaciones izquierdistas para derrotar políticamente a la coalición de centro - derecha. Mientras tan- to esta última se hundía a consecuencia de los escándalos políticos, en los que se vio envuelto el Partido Radical. Entre febrero y julio de 1936, el Gobierno del Frente Popular intentó desarrollar medidas que facilitarán el retorno a la política reformista del primer bienio, pero el desorden públi- co y las tensiones surgidas entre socios gubernamentales y no gubernamentales dentro del Frente Popular, impidieron que cuando estalló la Guerra Civil no se hubiera realizado gran parte de la labor proyectada. El resultado de las elecciones confirmó el triunfo del Frente Popular, que resultó favorecido en el reparto de los escaños por la ley electoral. La izquierda triunfó en las ciudades y áreas industriales y periféricas. La derecha dominó ambas Castillas, Navarra, Baleares y bajo Aragón. Tras conocerse los resultados, que daban la mayoría absoluta al Frente Popular, en la capital de España comenzaron los rumores de un próximo golpe de Estado. En diversos sectores se pedía la simple anulación de las elecciones y el presidente de la República, Alcalá Zamora, urgió a Manuel Azaña para que asumiera la Jefatura del Gobierno. Con el triunfo del Frente Popular, la primavera de 1936 se presentó agitada y llena de numerosas violencias. El preludio de lo que sucedería tiempo más tarde se produciría a partir del mes de abril, con los altercados que tendrían lugar entre simpatizantes izquierdistas y falangistas. Dejando a un lado el debate acerca de si la Segunda Repúbli- ca fue verdaderamente democrática o no, lo que sí cierta- mente hay que reconocer, es que se trataba de un régimen innovador con la intención de modernizar un país atrasado con más similitudes con los antiguos estados feudales que con las renovadoras democracias europeas. Sin embargo, por otro lado, hay que tener en cuenta, que durante los casi 5 años que estuvo en vigencia la República, el proyecto republi- cano transmitió ciertas debilidades . Padeció errores como la falta de un sistema de partidos y una estrategia de alianzas que le hubieran permitido el establecimiento de gobiernos más estables y duraderos, la falta de un consenso en torno al modelo constitucional que se estableció en 1931, la capaci- dad de repartir el poder, y por último, una escasa conciencia- SOMOS POLITÓLOGOS - REVISTA DE DIVULGACIÓN CIENTÍFICA SOBRE POLÍTICA - Nº 1 PAG. 12 vedad. Con la huida de Manuel Portela Valladares tras las elecciones de Febrero de 1936 y el nombramiento de Azaña antes de la asignación de actas se compromete gravemente todo el proceso electoral. Alcalá Zamora al ordenar formar gobierno a Azaña consuma un traspaso de poder ilegítimo que finalmente afectará al resultado de las elecciones. Las elecciones se caracterizaron por ocurrir en un contexto inti- midante para los votantes de derechas. Existen abundantes denuncias sobre la violencia de las milicias de sindicatos y partidos políticos frente a la inacción de los poderes del Esta- do. Más grave aún son las irregularidades relacionadas con la asignación e impugnación de actas de los partidos del bloque de la derecha en favor del Frente Popular, especialmente del PSOE. Incluso algunos políticos del centro izquierda manifes- taron su preocupación. Martínez Barrio consideró «peligroso» e «injusto» abusar de la victoria, y dijo de la campaña pro nulidad que era una «deplorable satisfacción» del apetito de candidatos «no muy seguros de su derecho». El debate no se ciñó a términos jurídicos, llegándose a descalificar actas por convicciones morales de diputados. Incluso Alcalá Zamora estaba cada vez más alarmado por la «apasionada, desigual y arbitraria» actuación de la Comisión de Actas, que aprobaba o anulaba las actas «por motivos personales» y pretendía expulsar a los líderes conservadores del Parlamento. La mino- ría de la CEDA decidió el 31 de Marzo, tras dos horas de deba- te, abstenerse de participar en los debates de actas. En una nota anunciaron que «la mayoría está dispuesta a mantener su intransigencia, su arbitrariedad y su diferencia de criterio, según se trate de un bando u otro», adoptando «una actitud de monopolio, de exclusivismo y de tiranía». La CEDA estaba dispuesta a someterse al criterio que prefiriese la mayoría «legalista o de convicción moral; de dureza, declarando la nulidad de ciertas actas, o de templanza, limitándonos a san- cionar defectos parciales», pero no a «criterios partidistas, distintos en cada caso». Por ello, su minoría no confiaba ya en una Cámara que estaban sustituyendo «la voluntad popular, base de un régimen democrático», por «el imperio absoluto de una mayoría discutible, esencia de los regímenes totalita- rios». Finalmente, anunció la retirada: «Libre tenéis el ca- mino, constituid el Parlamento como os plazca». La repetición de elecciones en Granada y Cuenca donde había ganado la derecha es la mejor muestra. Tras la repetición de los comi- cios ganó la izquierda, si bien se trataba de circunscripciones históricamente conservadoras. Una vez con el Frente Popular en el gobierno la violencia au- menta y la parcialidad del gobierno ya ni se disimula. La ilega- lización de Falange Española es otro claro ejemplo aplicar la ley de forma sesgada y parcial, violando claramente los princi- pios de pluralidad e igualdad. Máxime cuando se permitía seguir funcionando a otros partidos y formaciones que eran SOMOS POLITÓLOGOS - REVISTA DE DIVULGACIÓN CIENTÍFICA SOBRE POLÍTICA - Nº 1 PAG. 13 ción y movilización democrática por parte de la sociedad . Ahí radicaba su fragilidad democrática. abiertamente contrarios a los principios democráticos, como son comunistas o anarquistas. La violencia política se convier- te en una constante a lo largo de la primavera de 1936. En especial los llevados a cabo contra la iglesia y la comunidad cristiana. La quema de iglesias, los asaltos contra religiosos y el acoso a católicos crecen ante la pasividad del Gobierno. Un buen ejemplo es en la quema del Convento de Santa Ana frente a las puertas del Ministerio de Gobernación. Ninguna dotación policial intervino ni se detuvo a nadie. El asesinato del líder de la oposición es el último acto de esta tragedia. Calvo Sotelo es asesinado por fuerzas de seguridad afines al gobierno y los responsables tienen estrechos vínculos tanto con Indalecio Prieto como con Margarita Nelken, quienes les esconderán y protegerán. Al final los asesinos quedaron libres de responsabilidades penales. Resulta muy significativo que una vez iniciada la Guerra Civil el resto de democracias no se pusieran de parte de la Repú- blica. Esto sucedió en gran medida por que no la considera- ban fiable. Ya hemos visto que tenían sus motivos para pen- sar así. El peso que cobraron entre los partidos y sus organiza- ciones discursos excluyentes, los hacía incompatibles con la aceptación de un régimen democrático. Especialmente con la observancia de valores y prácticas acuñadas en la tradición liberal, como el pluralismo, la tolerancia con las opiniones del adversario o la búsqueda de pactos. La única conclusión posi- ble es que la democracia pluralista no fue un objeto de predi- lección mayoritaria por parte de la élite política española de los años 30. Para estas élites políticas la República era más un medio que un fin en si mismo. ¿Puede producir una democracia una sociedad sin valores democráticos ni los condicionantes previos necesarios? Espa- ña no era una democracia ya que no podía serlo. Como escri- bió Ortega y Gasset el 9 de Septiembre de 1931 en el «El Cri- sol»: «La República es una cosa. El radicalismo es otra». *de 1931 a 1936 se proclaman 21 veces el Estado de Preven- ción, 23 el de Alarma y 18 el de Guerra. Durante toda la Se- gunda República no suman ni 5 meses el total de los días que los ciudadanos pudieron disfrutar de todos sus derechos sin limitaciones. Este devaluado paraje desciende ladera abajo hacia pampas de latrocinio y nula institucionalidad. Mientras sigamos sien- do un caleidoscopio de conflictos políti- cos tan pero tan innecesarios cómo las persistentes tendencias de la colectivi- dad hacia las modas pasajeras, jamás desaparecerá la valla que fue erigida en parte por un pueblo verdugo de sí mis- mo. Esta barrera nos separa de aquel valor meta - jurídico tan anhelado, nos aleja del supuesto fundamento de todo ordenamiento jurídico, estamos a leguas de tener el remanso de paz que podrá desembocar en primorosas afirmaciones. Ni siquiera es necesario un ejercicio de abstracción para percatarse de nuestra deplorable situación, las aciagas circuns- tancias se nos presentan con objetividad: Salimos a nuestro trasiego diario e invo- luntariamente nos topamos con situacio- nes que nos acercan a una suerte de anfiteatro romano. Las vías para canalizar nuestra indigna- ción hacia determinadas actitudes asu- midas por quienes ejercen el poder pú- blico, son los mismos caminos que em- plean dichos déspotas con un objetivo claro: asaltarnos “ refinadamente ”. Esgri- mimos falacias y damos por sentado que una afirmación es inverosímil, atribuimos solamente un estigma al emisor, busca- mos de paso, desacreditar sin compren- der qué pasa y de esta manera con tintes claramente salvajes vociferamos impro- perios sin siquiera conocer el verdadero trasfondo de la situación. ¡Cuántas simili- tudes con las luchas que libraban gladia- dores en escabrosos capítulos de la his- toria de la Humanidad! Ya hacía un des- cargo en sus versos el querido poeta paraguayo Luis María Martínez: ¡Que ven pero no sienten, que sienten y no entienden! ¿Qué vale más en esta civilización del espectáculo? ¿Convicciones firmes y principios inclaudicables que aseguren la pervivencia de las instituciones o la rele- gación de la virtud a un segundo plano a fin de conseguir beneficios efímeros? ¿Vale más una mesa atestada de preben- darismo y falta de criterio que un te- rreno raso libre de flagelos? Para quienes en su fuero interno, alber- gan el deseo de prosperar no es difícil responder a las interrogantes planteadas precedentemente. Tan dilacerante es saber que desde hace añares la orbe en su totalidad se tambalea sin parar. La opacidad y la secrecía van alimentando flagelos devastadores que azotan sin descanso la pseudodemocracia en la que desarrollamos con mucho pesar nuestra vida jurídica, política, social etc. Los hombres que nos gobiernan (en su mayoría) son fieles reflejos del modelo del “ hombre mediocre ” que con tanta meticulosidad describía José Ingenieros, esos que en su vida acomodaticia se en- vilecen y se acobardan, esos que no po- seen un atisbo de juicio crítico, esos que siempre van acompañados de un séquito de genuflexos que por pequeñas dádivas son capaces de vociferar denuestos a un niño inocente y esos que después de haber ocultado bajo un obscuro telón los rescoldos dejados por su ilicitud, proce- den a dar discursos grandilocuentes pon- tificando ser los grandes agentes de cam- bio. Lejos estamos del paradigma aristo- télico que exhorta a dar flautas a los me- jores flautistas. Que el escenario político esté atiborrado de corruptos no es algo nuevo. Afortuna- damente lo que antes era una quimera en el corazón de los justos a pasos cortos va transformándose en una realidad. Observar facciones cívicas unidas, que bregan por contener la obscuridad em- pleada por los políticos en su accionar es alentador; ver políticos que rindan cuen- tas lo es aún más. A un ritmo paulatino vamos logrando la sujeción de las deci- SOMOS POLITÓLOGOS - REVISTA DE DIVULGACIÓN CIENTÍFICA SOBRE POLÍTICA - Nº 1 PAG. 14 La dialéctica como motor para el robustecimiento de la calidad democrática By Christian Roig González siones políti